Publicado en el periódico EL CARIBE en 04-12-08
Es motivo de consternación para los dominicanos el delicado estado de salud del comunicador más preparado, respetuoso del público y comprometido con la enseñanza que ha tenido el país.
Yaqui Núñez del Risco es un ejemplo de trabajo y entrega. Sus constantes investigaciones lo han conducido a hacer comunicación inteligente que aporta y enriquece a su audiencia. Al mismo tiempo, su vocación de servicio y empeño en colaborar con una mejor formación de futuros comunicadores lo han convertido en una verdadera escuela de comunicación.
Se ha esforzado por hacer televisión y radio de una manera diferente, más completa y profunda en los contenidos, más profesional y con mayores estímulos a los comunicadores para que “amueblen su cerebro” e “improvisen las palabras, no las ideas”.
Sin segundas intenciones, sin mezquindades, en absolutas manifestaciones de humildad y desprendimiento, ha enseñado y ayudado desinteresadamente a tanta gente, que resulta más pertinente llamarle maestro que comunicador.
No obstante tener tantas condiciones que lo llevaron a la cima del éxito personal, se detuvo varias veces en el trayecto para tender una mano solidaria a jóvenes principiantes en la comunicación que, gracias a su sabia orientación, hoy son personas de prestigio y reconocimiento en el medio televisivo y radial.
Sus firmes pasos en la comunicación han trazado un digno camino que muchos han seguido y, gracias a esto, se ha logrado un creciente progreso y una mayo elegancia en tan importante ámbito laboral en nuestro país.
Es poseedor de una incalculable riqueza como persona noble, compasiva, risueña y accesible que lo ha convertido en uno de los comunicadores más queridos y destacados de nuestra sociedad y le ha llevado a ganar fama y estima en muchos otros países del mundo. Por esto y muchas cosas más, estará Yaqui en la atención y las oraciones de los dominicanos que sufren su situación actual y que esperan que se mejore pronto.
En términos más personales, es para mí causa de dolor y honda tristeza la enfermedad de quien ha sido mi guía y modelo a seguir en la comunicación. A Yaqui, que me abrió las puertas para entrar a la televisión y me ayudó a descubrir mi pasión por los medios, lo aprecio y admiro grandemente por la alta calidad del trabajo que realiza y ha realizado, pero más aún, por su inconmensurable valor como ser humano.
La televisión y la radio en la República Dominicana son mejores gracias a Yaqui Núñez del Risco. Espero y deseo, al igual que todos lo que conocen a Yaqui, su rápida y absoluta recuperación y su inmediato regreso a los medios que tanto lo necesitan y tanto pierden con su ausencia temporal.
Yaqui Núñez del Risco es un ejemplo de trabajo y entrega. Sus constantes investigaciones lo han conducido a hacer comunicación inteligente que aporta y enriquece a su audiencia. Al mismo tiempo, su vocación de servicio y empeño en colaborar con una mejor formación de futuros comunicadores lo han convertido en una verdadera escuela de comunicación.
Se ha esforzado por hacer televisión y radio de una manera diferente, más completa y profunda en los contenidos, más profesional y con mayores estímulos a los comunicadores para que “amueblen su cerebro” e “improvisen las palabras, no las ideas”.
Sin segundas intenciones, sin mezquindades, en absolutas manifestaciones de humildad y desprendimiento, ha enseñado y ayudado desinteresadamente a tanta gente, que resulta más pertinente llamarle maestro que comunicador.
No obstante tener tantas condiciones que lo llevaron a la cima del éxito personal, se detuvo varias veces en el trayecto para tender una mano solidaria a jóvenes principiantes en la comunicación que, gracias a su sabia orientación, hoy son personas de prestigio y reconocimiento en el medio televisivo y radial.
Sus firmes pasos en la comunicación han trazado un digno camino que muchos han seguido y, gracias a esto, se ha logrado un creciente progreso y una mayo elegancia en tan importante ámbito laboral en nuestro país.
Es poseedor de una incalculable riqueza como persona noble, compasiva, risueña y accesible que lo ha convertido en uno de los comunicadores más queridos y destacados de nuestra sociedad y le ha llevado a ganar fama y estima en muchos otros países del mundo. Por esto y muchas cosas más, estará Yaqui en la atención y las oraciones de los dominicanos que sufren su situación actual y que esperan que se mejore pronto.
En términos más personales, es para mí causa de dolor y honda tristeza la enfermedad de quien ha sido mi guía y modelo a seguir en la comunicación. A Yaqui, que me abrió las puertas para entrar a la televisión y me ayudó a descubrir mi pasión por los medios, lo aprecio y admiro grandemente por la alta calidad del trabajo que realiza y ha realizado, pero más aún, por su inconmensurable valor como ser humano.
La televisión y la radio en la República Dominicana son mejores gracias a Yaqui Núñez del Risco. Espero y deseo, al igual que todos lo que conocen a Yaqui, su rápida y absoluta recuperación y su inmediato regreso a los medios que tanto lo necesitan y tanto pierden con su ausencia temporal.
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