Publicado en OH MAGAZINE en 16-2-08
Hace varias semanas escribí sobre una extraña combinación de hombres machistas y a las vez vividores que estaba proliferando en la República Dominicana. Imaginé que llamaría la atención de algunos lectores, por tratarse de un tema que no es usualmente tratado en artículos de periódico. No obstante, jamás pensé que generaría las respuestas que he recibido en mi correo electrónico, las reacciones de la gente que se encuentra conmigo y logra identificarme e incluso los comentarios sobre el tema realizados en programas interactivos de televisión. ,Reacciones todas con tantas similitudes y puntos en común, que me parecen sumamente preocupantes: por un lado, muchos hombres que alegan conocer otros que encajan en el perfil de machista y vividor establecido en el artículo en cuestión y, por otro lado, demasiadas mujeres que se identifican con las situaciones descritas y que dicen con pesar que han sido (algunas, al igual que yo, en más de una ocasión), víctimas de estos desechos sociales.
Me contó una lectora, por ejemplo, acerca de un novio que tuvo, el cual, cada vez que salían, la dejaba pasar sed. Se quejaba otra dama de aquel joven con el que salió varias veces y comenzó a sospechar sobre su personalidad la cuarta vez que en un mismo mes su tarjeta “no pasaba” en restaurantes lujosos que él elegía para llevarla a cenar. También un lector me escribió mortificado para averiguar si alguna de las anécdotas que conté en el artículo anterior involucraba a un amigo suyo, ya que, según él, su amigo es “un especialista en este tipo de comportamiento con las damas”. Hubo lectores que expresaron vergüenza por la mala fama que para ellos creaban muchos de sus congéneres y uno de ellos hasta admitió la tendencia, destacando que “la mayoría de nosotros (los hombres) hemos perdido con el pasar del tiempo el respeto y un tanto lo de caballero”.
Me impactó de manera particular la impresión de un señor muy admirable de nuestro país y padre además de varias hijas que él entiende se encuentran en edad casadera. Me comentaba que el artículo refleja preocupaciones que él tenía desde hace tiempo sobre el temor de que se esté gestando un grupo de “zánganos y aprovechados para perjuicio de ustedes (nosotras) las mujeres”.
Lo cierto es que lo absurdo de estas situaciones lleva a convertir el fenómeno casi en algo gracioso. No obstante, también causa algo de impotencia y cierta desesperanza frente a un creciente y exacerbado individualismo y un negativo cambio de actitud que se percibe en muchos hombres. Tal como me comentaba recientemente otro sorprendido, “el origen de la comedia a veces se encuentra en la tragedia”.
Para probar reacciones, decidí crear en Facebook un grupo virtual sobre el tema en cuestión que fuese de libre acceso para cualquier interesado en ser parte de él. Dos horas después, no sabía si reírme o llorar cuando me percaté de que ya tenía noventa miembros y unos cuantos comentarios que expresaban solidaridad con la protesta que el título del grupo implica. Por tales motivos, espero que sirva el nombre de dicho grupo como lema de inicio en nuestro país de una campaña pacífica pero lamentablemente necesaria y evidentemente muy apoyada: DILE NO AL MACHISTA Y VIVIDOR.
Me contó una lectora, por ejemplo, acerca de un novio que tuvo, el cual, cada vez que salían, la dejaba pasar sed. Se quejaba otra dama de aquel joven con el que salió varias veces y comenzó a sospechar sobre su personalidad la cuarta vez que en un mismo mes su tarjeta “no pasaba” en restaurantes lujosos que él elegía para llevarla a cenar. También un lector me escribió mortificado para averiguar si alguna de las anécdotas que conté en el artículo anterior involucraba a un amigo suyo, ya que, según él, su amigo es “un especialista en este tipo de comportamiento con las damas”. Hubo lectores que expresaron vergüenza por la mala fama que para ellos creaban muchos de sus congéneres y uno de ellos hasta admitió la tendencia, destacando que “la mayoría de nosotros (los hombres) hemos perdido con el pasar del tiempo el respeto y un tanto lo de caballero”.
Me impactó de manera particular la impresión de un señor muy admirable de nuestro país y padre además de varias hijas que él entiende se encuentran en edad casadera. Me comentaba que el artículo refleja preocupaciones que él tenía desde hace tiempo sobre el temor de que se esté gestando un grupo de “zánganos y aprovechados para perjuicio de ustedes (nosotras) las mujeres”.
Lo cierto es que lo absurdo de estas situaciones lleva a convertir el fenómeno casi en algo gracioso. No obstante, también causa algo de impotencia y cierta desesperanza frente a un creciente y exacerbado individualismo y un negativo cambio de actitud que se percibe en muchos hombres. Tal como me comentaba recientemente otro sorprendido, “el origen de la comedia a veces se encuentra en la tragedia”.
Para probar reacciones, decidí crear en Facebook un grupo virtual sobre el tema en cuestión que fuese de libre acceso para cualquier interesado en ser parte de él. Dos horas después, no sabía si reírme o llorar cuando me percaté de que ya tenía noventa miembros y unos cuantos comentarios que expresaban solidaridad con la protesta que el título del grupo implica. Por tales motivos, espero que sirva el nombre de dicho grupo como lema de inicio en nuestro país de una campaña pacífica pero lamentablemente necesaria y evidentemente muy apoyada: DILE NO AL MACHISTA Y VIVIDOR.
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