Según lo publicado por el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, 1 de cada 68 niños en el año 2012 era diagnosticado con algún tipo de Trastorno del Espectro Autista (TEA), mientras que ahora en el 2018 esa cifra cambió a 1 de cada 59. Además, revelaron que en las últimas dos décadas el incremento ha sido de un escalofriante 700 por ciento. A esto hay que agregar que varias asociaciones de padres en Estados Unidos no están conformes con estos datos pues afirman que sus investigaciones los han llevado a la aún más preocupante relación de 1 de cada 35.
De acuerdo a las citadas fuentes, aproximadamente el 23 por ciento de los dominicanos con discapacidad la tienen de tipo intelectual, renglón en el que generalmente los encuestadores engloban (aunque no necesariamente sea lo más correcto porque no siempre la implican, pero es un error común) condiciones como el autismo o el síndrome de Down.
Lo anterior nos ayuda para tratar de acercarnos a una estadística de esencial importancia pero hasta ahora desconocida en el país: La cantidad de personas dentro del espectro autista, actualmente la condición o trastorno de más rápido crecimiento en todo el mundo.
Por aproximación, combinando los estudios locales con los extranjeros, podemos asegurar dos cosas: Que en República Dominicana hay actualmente más de 100,000 personas con autismo y que este número aumenta cada año de forma exponencial.
Todo esto significa que la sociedad necesita estar más edificada e informada sobre el tema y que las ciudades deben adecuarse mejor, en infraestructura y servicios, a esta indiscutible realidad. Tanto sector público como privado deben desarrollar estrategias, crear campañas de concienciación, hablar de autismo, propiciar la creación de legislación especial sobre autismo, asegurarse que el sistema educativo esté preparado, garantizar que los médicos y el sector salud estén lo suficientemente capacitados al respecto, crear espacios en el mercado laboral para personas con autismo y en general, con algo que está creciendo tan rápido y que aún en el mundo no se han podido determinar con precisión las causas, urge prestar más atención.