Una parte de la comunidad internacional condena la legislación migratoria de República Dominicana y sin embargo en 150 países existe un jus solis condicionado, muchos de ellos con mayores restricciones que aquí y en casi todos son implacables con quienes no respetan la norma, a niveles de realizar deportaciones masivas con mecanismos que atentan contra la dignidad humana (como hacen en Bahamas con los inmigrantes haitianos).
Esa misma doble moral es la que impera con el tema de los muros fronterizos en el contexto de las propuestas de levantar uno entre República Dominicana y Haití.
A principios de 2011, de 40,000 kilómetros de fronteras cerradas los muros alcanzaban 20,824 y la mayoría se construyeron después de 1990. De hecho, hay una tendencia internacional que lo favorece para un control más efectivo y tan sólo en los últimos 15 años se han construido más de 35 muros en el mundo, mientras se siguen planificando y construyendo muchos más como el de la frontera greco-turca, la frontera entre Bulgaria y Turquía o el muro entre México y Guatemala.
La función es la delimitación estable de los territorios y el control migratorio, y para ello se emplean tecnologías cada vez más avanzadas con vallas de contención, iluminación intensa, detectores de movimiento, drones, etc.
En África está el muro del Sahara Occidental compuesto por ocho barreras, los de Ceuta y Melilla de seis metros de altura para controlar el paso de inmigrantes ilegales desde Marruecos, el que se encuentra entre Bostwana y Zimbabue y los creados por Sudáfrica también con Zimbabue y con Mozambique.
El muro que separa México de los Estados Unidos, una valla de metal en una doble cerca fortificada que se extiende desierto adentro y llega hasta el golfo, es mejorado como consecuencia de la Secure Fence Act aprobada por el Senado en el 2006 y cuando esté terminado alcanzará más de 1,200 kilómetros, se desplegarán 20 mil nuevos agentes y entre otras cosas se construirán nuevas torres de vigía.
Hay otros famosos muros como la barrera israelí de Cisjordania entre Israel y los territorios palestinos, el muro entre Arabia Saudita e Iraq con bases militares y puntos de control a lo largo de los 814 kilómetros de valla, el muro entre India y Bangladesh y muchos más.
La propuesta en República Dominicana no es una aberración y debería ser retomada y analizada en profundidad antes de ser objetada por la terrible combinación de muchas pasiones y poca información.
Esa misma doble moral es la que impera con el tema de los muros fronterizos en el contexto de las propuestas de levantar uno entre República Dominicana y Haití.
A principios de 2011, de 40,000 kilómetros de fronteras cerradas los muros alcanzaban 20,824 y la mayoría se construyeron después de 1990. De hecho, hay una tendencia internacional que lo favorece para un control más efectivo y tan sólo en los últimos 15 años se han construido más de 35 muros en el mundo, mientras se siguen planificando y construyendo muchos más como el de la frontera greco-turca, la frontera entre Bulgaria y Turquía o el muro entre México y Guatemala.
La función es la delimitación estable de los territorios y el control migratorio, y para ello se emplean tecnologías cada vez más avanzadas con vallas de contención, iluminación intensa, detectores de movimiento, drones, etc.
En África está el muro del Sahara Occidental compuesto por ocho barreras, los de Ceuta y Melilla de seis metros de altura para controlar el paso de inmigrantes ilegales desde Marruecos, el que se encuentra entre Bostwana y Zimbabue y los creados por Sudáfrica también con Zimbabue y con Mozambique.
El muro que separa México de los Estados Unidos, una valla de metal en una doble cerca fortificada que se extiende desierto adentro y llega hasta el golfo, es mejorado como consecuencia de la Secure Fence Act aprobada por el Senado en el 2006 y cuando esté terminado alcanzará más de 1,200 kilómetros, se desplegarán 20 mil nuevos agentes y entre otras cosas se construirán nuevas torres de vigía.
Hay otros famosos muros como la barrera israelí de Cisjordania entre Israel y los territorios palestinos, el muro entre Arabia Saudita e Iraq con bases militares y puntos de control a lo largo de los 814 kilómetros de valla, el muro entre India y Bangladesh y muchos más.
La propuesta en República Dominicana no es una aberración y debería ser retomada y analizada en profundidad antes de ser objetada por la terrible combinación de muchas pasiones y poca información.